Como ya hemos explicado en anteriores ocasiones se entienden como SEO (Search Engine Optimization) a una serie de técnicas que nos permiten mejorar nuestra posición relativa en las listas de resultados de los buscadores para determinadas cadenas de búsqueda.
En pocas palabras, técnicas que nos ayudan a que cuando alguien busca nuestro argumento de venta aparezcamos lo mejor posicionados posible (si somos los primeros mejor que mejor).
Cuando esas técnicas se aplican directamente sobre nuestro sitio web se conocen como SEO on page.
El objetivo final de las técnicas SEO bien aplicadas es obtener la mayor cantidad de tráfico de calidad a mi página. Cuando hablo de tráfico de calidad me refiero a personas realmente interesadas en mi contenido y, si soy capaz de afinar lo suficiente, potenciales clientes. De ahí la importancia de definir las cadenas de búsqueda adecuadas a nuestra estrategia comercial.
En ocasiones incluso se ha confiado en el SEO por encima de la calidad intrínseca del contenido.
Pero el SEO no es el único responsable del tráfico de un sitio web
El caso es que lo habitual es que la mayor parte del tráfico que llega a una web provenga precisamente de los buscadores, lo que en analítica web se conoce como Tráfico de Búsqueda.
Es difícil dar un porcentaje genérico, pero frecuentemente supera la mitad del tráfico total de un sitio. La otra mitad se la reparten el Tráfico de Referencia y el Tráfico Directo.
El primero proviene básicamente de enlaces en otros sitios web y el segundo de entradas directas (favoritos, enlaces en documentos de texto y personas que teclean directamente la dirección). Aquí hay muchos matices, pero con esta visión superficial puede sernos suficiente de momento.