Cuenta la leyenda que una vez una chica subió unas fotos a su cuenta de Facebook donde solo las compartió con su novio. Una semana después estaban por todos lados.
Esta historia se repite todos los días con diferentes protagonistas. Algunas veces las consecuencias son graves y terminan apareciendo incluso en informativos de televisión. El análisis de los hechos suele derivar en el tema de la configuración de las opciones de privacidad de las diferentes plataformas digitales.

No en vano la Ley de protección de datos está en boca de todos y muy de moda últimamente: desde el derecho a la intimidad hasta la Ley de Cookies.
Más allá de detalles técnicos y legales este artículo está orientado al sentido común y a la prudencia, un asunto no siempre suficientemente ponderado en internet.
Algunas investigaciones de mi amigo Juan Jover (solo para técnicos, aviso) demuestran cómo es posible llegar a acceder a una fotografía que en principio no podemos ver en Facebook (lo he probado y funciona). No es nada del otro mundo, cualquier usuario puede descargar una foto protegida y compartirla por otro lado sin ninguna limitación, pero si es una muestra de que la protección de nuestra intimidad no es precisamente una obsesión de algunos de los principales proveedores de servicios sociales digitales.
Sin embargo hay un sistema (casi) infalible de proteger la intimidad de una fotografía: no subirla a internet.
Vale, gracias Capitán Obvio. Puede parecer una tontería pero efectivamente va a ser la forma más segura de mantenerla en privado.

Fíjate en el «casi«, hace referencia a que si la tienes en un dispositivo digital móvil: teléfono, portatil, tablet… corres bastante riesgo de que te lo roben e igualmente se haga pública. A partir de aquí podemos ponernos todo lo paranoicos que queramos: protección por contraseña de inicio de sesión de usuario, dispositivos bloqueados con patrón, carpetas personales encriptadas, etc…
Otro amigo mío, David Hernadez ‘Dabo’ podría daros unos cuantos consejos que os harán pensar que es el típico loco de la seguridad que debería vivir en una cueva como un ermitaño. Ciertamente lo es 😉 pero todos necesitamos gente así a nuestro alrededor que de vez en cuando nos recuerden que el lobo existe.

Pero volvamos al tema principal de la privacidad en internet. Uno de los trucos que suelo comentar en mis cursos (casi siempre dedico unas horas al tema de la privacidad y seguridad) es el de publicar en las redes sociales todo en abierto, de libre acceso. Tu mente debe trabajar continuamente en el modo «estonomeimportaqueloleacualquiera«. Si no puedes usar este modo no publiques ese tema.
De esta forma te evitas llevarte sustos y disgustos. Es la protección más segura que conozco.
Cambiar el alcance de las publicaciones de Facebook, por ejemplo, es muy sencillo, solo un click y seleccionar entre público, amigos, solo yo, etc… y puedes estar continuamente cambiándolo con la esperanza de controlar tu privacidad pero esto supone 3 axiomas claros:
- Facebook no es un portento en seguridad que digamos
- «Te contaré un secreto pero prométeme que no se lo dirás a nadie» es la mayor fuga de información de la historia de la comunicación.
- Tarde o temprano te equivocarás al seleccionar el alcance (o al rectificar la última selección que es la que se queda por defecto) y la liarás muy gorda.
Tampoco es irrelevante toda la influencia que esto puede tener sobre tu reputación online, un concepto cada vez más valorado desde el punto de vista de las estrategias relativas a la creación de la marca personal.
Probablemente todo esto ya lo sabías (si es así lamento haberte hecho perder dos minutos de tu vida) pero no está de más recordarlo de vez en cuando.
Si aun dispones de otros 2 minutos más te invito a que le eches un vistazo a este divertido vídeo que hace referencia a todo lo que hemos hablado. No te arrepentirás.
No podría estar más de acuerdo con el tema de «Publica lo que no te importa que todo el mundo lea». No entiendo la gente que se abre perfiles cerrados en redes sociales… en fin.
Y he aquí otra razón interesante para publicar las cosas en abierto en las Redes Sociales. Según Forbes, las (buenas) empresas cuando buscan contratar gente, lo que hacen es eliminar todos los perfiles que están limpios. Al parecer, un perfil meticulosamente limpio indica que una persona tiene problemas para socializar o algo que esconder… Así que ponen en la parte de arriba de los montones a los candidatos con fotos familiares, con fotos de fiesta y tomando algo con los amigos. Podéis leer más en: https://www.forbes.com/sites/meghancasserly/2012/06/14/social-media-and-the-job-hunt-sqeaky-clean-facebook-profiles/
Genial! gran aporte, te lo cojo prestado para mis cursos. Gracias 🙂