Cuando hablo con pequeños empresarios sobre las posibilidades de crecimiento de su negocio a través de internet, casi todos tienen claro que deben estar en las redes sociales pero por regla general no saben ni de lejos para qué.
Es un problema serio, porque si no sabemos a dónde vamos nunca sabremos si hemos llegado o cuánto falta. Ni siquiera sabremos por dónde ir o qué medio de transporte usar.
Así, suele suceder que se emprende un viaje a ninguna parte y nos quedamos tirados sin gasolina en medio del desierto, desanimados y con unas cuantas horas (y euros) de trabajo perdidos.
Por si esto fuera poco, a los pocos amigos o seguidores que hayamos conseguido también los abandonaremos y se llevarán una pobre imagen de nuestra empresa.
Por eso suelo aconsejarles que es mejor no emprender el viaje que emprenderlo sin organizarlo, sin planificarlo y sin realizar un estudio previo de objetivos y posibilidades.
No quiere decir esto que no vayamos a equivocarnos, pero siempre será más factible rectificar el planteamiento inicial si sabemos dónde estamos y tenemos ya preparada una planificación de medios con los que contamos. De hecho de estos errores se aprende mucho y analizarlos a fondo puede reportarnos mucho interés para el futuro.
¿A dónde queremos ir?
En mi opinión la primera pregunta que debe responderse el empresario es de qué forma quiere crecer su empresa:
- ¿Quiere consolidar su cartera de clientes, fidelizarla?
- ¿Quiere ampliar esa cartera?
- ¿Pretende introducirse en otro área de negocio?
- ¿Le gustaría mejorar la imagen de su marca?
- ¿Mejorar la comunicación de su servicio de atención al cliente?
- ¿Saber lo que sus clientes piensan de su producto para mejorarlo?
- ¿Vender su producto por internet?
- ¿Crear una comunidad de usuarios de sus servicios?
- O cualquier otro objetivo
Cuanto más definidos y específicos sean estos objetivos más definida estará a su vez la forma de actuar y el despligue en los medios 2.0 que debemos realizar.
Es muy importante por tanto que nuestro empresario piense primero hacia dónde quiere ir, cómo quiere crecer o qué problema quiere solucionar para que a partir de ahí establezcamos un plan.
Nuestra resposabilidad es ayudarle a preparar ese punto de partida y entonces empezar a asesorarle en que posibilidades hay para llegar a su meta. Nunca al revés.